Recordar el arte mexicano del siglo XX es recordar también figuras específicas, rostros, influencias que permean de muchas maneras la memoria de los artistas contemporáneos y su quehacer. Estas referencias quedaron inmortalizadas en espacios, textos, piezas, pero recordar el cuerpo y presencia de sus autores después de la muerte es un tema siempre abierto.
Les presentamos en este artículo el proyecto conceptual del arquitecto mexicano Israel López Balan que propone inaugurar un nuevo ciclo en el uso y apreciación de las emblemáticas Torres de Satélite y hacer de esta escultura centinela, un nuevo espacio de contención para las urnas y memorias de Luis Barragán, Mathias Goeritz y ‘Chucho’ Reyes, quienes de una forma u otra contribuyeron a la consolidación de esta plaza escultórica.
Para conocer la propuesta sigue leyendo después del salto.
Descripción del autor.
La arquitectura emocional es un estilo de arquitectura moderna concebido en los 50s que se apropiaba del espacio, el color y la luz para crear edificios que fomentaran la meditación y la reflexión. Fue concebida por el arquitecto Luis Barragán y el escultor y pintor, Mathias Goeritz quienes estaban frustrados por la frialdad del funcionalismo en la modernidad. En 1954 Barragán y Goeritz publicaron el 'Manifiesto de la Arquitectura Emocional', en el que abogaban por la necesidad de elevación espiritual que debería estar contenida en toda arquitectura.
Las Torres de Satéite, primeras esculturas de tales dimensiones en México y un gran ejemplo de arquitectura emocional, comenzaron a ser planeadas en 1957 con ideas de Luis Barragán, el pintor Jesús Reyes Ferreira y Mathias Goeritz. El proyecto original contemplaba la construcción de siete torres, la más alta alcanzando una altura de 200 metros, pero una reducción en el presupuesto forzó la composición a reducirse, finalmente fueron cinco torres con alturas de entre 30 y 52 metros, la más baja y la más alta respectivamente.
Con todo esto en mente, proponemos el uso del espacio resultante de la construcción al interior de las Torres de Satélite como mausoleos para ubicar las urnas de Barragán, Goertiz y Reyes, y así conmemorar su gran legado artístico.
Proponemos asignar una función distinta a cada una de las torres de esta escultura urbana que no altere su naturaleza artística ni social, sino que active una procesión secuencial a través de la plaza. La torre mas baja (Torre del Silencio) contiene una capilla que conserva el espítituo místico-religioso de sus creadores. Tres torres (roja, azul y blanca) estarían dedicadas a funcionar como mausoleos para Luis Barragán, Mathias Goeritz y Jesús Reyes (Torres de la Memoria). La torre mas alta (Torre del Sonido) ofrecería un espacio donde las personas podrían apreciar la ciudad entera, como un símbolo de ascenso místico.